El verano, las altas temperaturas y encender el aire acondicionado van de la mano. Te presentamos estos 10 consejos para usar de manera inteligente tu aire acondicionado.
1. La temperatura idónea: uno de los errores que se suele cometer es poner el aire acondicionado a una temperatura más baja que la conveniente con el objetivo de enfriar más rápido la estancia. Sin embargo, de esta manera lo único que se consigue es subir más rápido la factura de la luz. Cada grado de menos puede consumir un 8% más de energía. Regular el termostato a 25ºC es más que suficiente para disfrutar de una estancia fresca sin preocuparse por el consumo eléctrico. Es más, cualquier diferencia superior a 12ºC entre estancias acondicionadas y el exterior genera un choque térmico nada saludable para el cuerpo.
2. La ubicación correcta: la mejor ubicación para la unidad interior es aquella desde donde se reparte el flujo de aire más homogéneamente. Para habitaciones de grandes dimensiones, una buena opción es instalar varios splits interiores para asegurar el mayor confort en cualquier parte de la habitación a la vez que se ahorra energía. Las unidades exteriores es importante que cuenten con buena ventilación para que no se vean obligadas a funcionar a una mayor potencia de la necesaria. Mantenerlas en un lugar a la sombra (mediante un pequeño tejado o similar) también ayuda a reducir el consumo energético.
3. Aprovechar el fresco residual: la refrigeración de una sala no se pierde inmediatamente al apagar el equipo, sino que por efecto de la inercia se mantiene durante cierto tiempo después de desconectar el aire. Un buen truco para ahorrar con el aire acondicionado es apagar los dispositivos minutos antes de salir de casa. Contribuye a minimizar los cambios bruscos de temperatura en el organismo.
4. Mantenimiento de los filtros: el caudal de aire circula mejor por el sistema de refrigeración si los filtros están limpios. Unos filtros llenos de polvo aumentan el gasto eléctrico porque obligan a los ventiladores a funcionar a más velocidad.
5. Equipos eficientes: equipos energéticamente eficientes (eficiencia A) son los que menos consumen.
6. Asesoramiento profesional: una potencia menor o mayor de la necesaria influirá en la óptima eficiencia del aire acondicionado. Los técnicos instaladores conocen cuáles son las necesidades de los hogares dependiendo de su orientación solar y del uso previsto para el aparato.
7. Funcionamiento inteligente: los últimos equipos del mercado incorporan sensores de presencia ideales para percibir el consumo potencial de aire acondicionado. Gracias al monitoreo de actividad, de movimientos y a la detección de las personas en la sala, los equipos disponen de autonomía de encendido y apagado.
8. Hogares bien acondicionados: si se trata de refrigerar inteligentemente los hogares, otro aspecto al que prestar atención es a los elementos no eléctricos que ayudan a mantener fresca la casa. Las puertas y ventanas de las estancias han de estar correctamente cerradas. De este modo se garantiza que el aire refrigerado no se escape a otras habitaciones o lo que es aún peor, que salga directamente del hogar. Por otra parte, las persianas y los diferentes sistemas de toldos velan para que el calor exterior no traspase las paredes de casa. Una vivienda en penumbra mantiene una temperatura más agradable.
9. Refrigerar varias habitaciones: la mejor opción para refrigerar varias habitaciones es el uso de equipos multisplit, una misma unidad exterior pone en funcionamiento dos aparatos de aire acondicionado dentro de la casa. El consumo energético de estas instalaciones es inferior en comparación a los equipos exteriores que solo activan una unidad interior.
10. Al salir de casa, desconectar: lejos de ser una obviedad son muchas las personas que se olvidan desconectar el aire acondicionado al salir de casa o de una habitación climatizada.
¡Sácale el mayor provecho a tu aire acondicionado!